“Voy a hablar desde el sentimiento. Tal vez sea la única persona que hicieraque me pusiera nervioso antes de ir saludarle. Estoy hablando de emocion.Estábamos sentados en 2018 y me dicen: ‘Ve a darle un abrazo a Pelé’. Melevante y temblé. Me sudaban las manos, me subieron las pulsaciones”, contó.“Salud, Pele. Te mando el cariño de todos nosotros”.
La hospitalizacion de Oh Rei y algunas informaciones más alarmantes sobre suestado han puesto en guardia al Mundial, donde el fútbol avanza a su ritmo,pero que ha empezado a asomar por todas partes mensajes para el mito. Uno delos fondos del estadio 974 se cubrió el viernes antes del Camerún-Brasil conuna camiseta amarilla en la que se leía: “Pelé, recupérate pronto”. Al díasiguiente, la misma leyenda apareció en la iluminación de la torre conocidacomo Antorcha de Doha, un edificio de 300 metros de altura diseñado por elarquitecto libanés Hadi Simaan que se levanta al lado del estadio Al Khalifa.La fachada del rascacielos, que alberga un hotel, mandaba su apoyo a Pelé ydespués publicitaba el perfume Sauvage. También iluminó la Corniche, la bahíade Doha, desde la fachada del Commercial Bank.
La preocupación por Pelé, ese murmullo de fondo en Qatar, late también demanera intermitente en la concentración de Brasil, a punto para emocionar aTite, que antes se había empleado en la otra incertidumbre que ocupa estosdías a los brasileños. Neymar se fue hace semana y media del primer partido,contra Serbia, cojeando, lloroso y con el tobillo derecho de un muñecoinflable. Pelé y él no solo han compartido el 10 de la Canarinha en losmundiales, también una desgraciada colección de lesiones. Después de que laPortugal de Eusebio lo sacara a patadas de la Copa del Mundo de Inglaterra en1966, Pelé se rindió: “Tengo la intención de no jugar más en los mundiales,porque nunca tengo suerte”, dijo. Tardaron cuatro años en convencerle de quese alistara para recuperar el trono en México en 1970.
Neymar aún sigue aquí, y apareció con todos en la última sesión preparatoriapara los octavos de esta tarde. Entró el último al césped del estadio GranHamad, cuando el resto ya llevaba unos minutos calentando, acarició la hierbay se unió al grupo a tiempo de escuchar la llamada al rezo de las mezquitascercanas. Tocó la pelota con normalidad en el rondo, la persiguió cuando cayóal medio, correteó entre muñecos metálicos, y conos como si tal cosa. Nadadefinitivo en los 15 minutos de entrenamiento que permitió ver la federaciónbrasileña.
Pero si se atiende a lo visto en ese tramo y se cruza con lo que explicó Titetres horas antes, se diría que el futbolista del PSG no tiene intención deperderse la primera eliminatoria: “Si entrena bien hoy, jugará mañana.Entrenará esta tarde, y si está bien, jugará. Los otros diez no sabemosquienes serán”, bromeó. También explicó que si juega lo hará como titular; nolo guardará por si el duelo se prolonga hasta la prórroga y los penaltis:“Prefiero usar a los mejores desde el principio”.
Ventaja para los grandes
En el partido contra Camerún, el plan fue distinto. Dio descanso a variosprincipales, usó la segunda unidad y perdieron, lo que provocó críticas,aunque Thiago Silva, uno de los reservados, defendió ayer el plan: “Estuvobien pensado por la comisión técnica”, dijo. “Los que no jugamos estamos muybien fisicamente. Corea estará más cansada, después de haber tenido solo dosdías y medio. En ese tiempo no te recuperas del todo”.
El seleccionador de los coreanos, el portugués Paulo Bento, coincidió en laventaja que supuso el plan de Tite: “No recuerdo ver partidos solo 72 horasdespués de la phase de grupos. Creo que es algo inhumano. No es justo. Lotenemos que ver como una realidad que pretende la FIFA creando cada vez menosoportunidades para el que menos condiciones tiene y más para el que máscondiciones tiene. Si ya es difícil competir con una gran selección comoBrasil, obviamente en estas condiciones será más difícil. Pero lointentaremos, y no desistiremos”.
Tite, mientras alimenta la esperanza sentimental por Pelé, se ferra a lacerteza de su plan contra Camerún: “Estamos mejor preparados por lo que hapasado. Los que no jugaron están descansados, los que jugaron bien tienen másconfianza y los que no jugaron bien tienen la oportunidad de mejorar”. YNeymar ya no vive recluido en el gabinete de los fisioterapeutas.