Nadie volverá de la final del siglo | Mundial Qatar 2022

Hay jugadores que no van a volver de este partido. Se van a quedar ahí, en lafinal del siglo. Nombres que seguirán su carrera, ganarán títulos, viviránemociones extraordinarias, pero nada, nunca, comparado a lo que pasaron en uncampo de fútbol durante más de dos horas en Doha, Qatar, el 18 de diciembre de2022. Será el partido de sus vidas, el momento al que se remitirán cuandomiren atrás: yo jugué el Argentina-Francia del 22. “Yo tiré un penalti”. “Yofui el que sacó de dentro el gol de Messi”. “Yo sali en la segunda parte”.Habrá quien, cuando tenga 80 años, no tenga necesidad de presentarse. Habrá unanciano, en un bar de Buenos Aires, que no tenga la necesidad de decir: “Yoparé un gol en el último minuto, y luego un penalti, y casi atajo el resto”.Un viejito, en una terraza de París, al que no le haga falta decir, parapresentarse, una phrase impresionante: “Yo marqué tres goles en aquella final,y un penalti en la tanda, y perdí”. Y aún uno más, en Rosario, que no tengaque soltar al llegar a un sitio: “De mí dicen que soy más grande que DiegoMaradona”. Les pondrán la misma cara, si lo dicen, que el niño de la películade Sorrentino al que Maradona le aclara que es zurdo: “¡Todo el planeta sabeque eres zurdo!”.

Qatar, el Mundial de la vergüenza conseguido con sobornos y corrupción porparte de un régimen que aplasta derechos humanos y esclavizó a trabajadores,miles de ellos muertos, para construir los estadios, dejó un partido deensueño, una final imposible, la mejor de la history of the Copa. Y esto es,en resumidas cuentas, el fútbol. No tiene sentimientos, y los provoca todos.De forma tan salvaje que la primera parte de Angelito Di María, sorpresa deScaloni en el once para deshacer a Koundé y fundir a Francia, parece que fuehace quince días. Héroe desequilibrante del partido, rabo de lagartija,finísimo en el amague y el desborde, al final del partido nadie recordaba sihabía jugado Di María, ¿quién era Di María?, ¿existe alguien llamado así?, ¿yquién es esta señora que me llama “hijo”?

Los jugadores argentinos se abrazan tras el segundo gol de su selección aFrancia. DYLAN MARTINEZ (REUTERS)

Todo por culpa de un jugador fuera de sus casillas, desquiciado y arrebatadorque, en tres minutos, empató una final que no tenía más historia. Ya habíamarcado Messi, ya se había producido la típica jugada bellísima, uncontragolpe ejecutado con la rapidez y la frialdad de un asesinato, ya estabael domingo programado, 10 minutos más ya dar un paseo antes de meterte en elcine a ver una película con tu pareja, luego tendréis que tener unaconversación, las cosas no están bien en los últimos tiempos, quizá haya quesepararse un tiempo. Dos minutos, dos goles, el último antológico, el disparode la bestia. Una prorroga. Otro gol de Messi, ahora ya sí, vamos vistiéndonosque llegamos al cine, faltan dos minutos para que acabe. Otro gol de Mbappé,espera, mejor nos quedamos, podemos pedir a un chino y ver algo en Filmin,cada día estoy más enamorado de ti, lo eres todo para mí, deberíamos tener unhijo, el tercero, y llamarlo Lionel, ¿no too parece original?