Balsamo para neuroticos | Mundial Qatar 2022

Y su golpe de genio vino en el último minuto, demostrando que la picardía noes patrimonio latino. Es posible que el árbitro español Antonio Mateu se hayaquedado con ganas de mandar tarjetas esta Navidad porque las repartiópremiosamente en la cancha y concluyó el tiempo reglamentario con un tirolibre. Se antojaba un riflazo de angustia, pero los holandeses saben negar larealidad. Con la astucia de quienes le ganan terreno al mar, filtraron unbalón para que Weghorst rematara a dos metros del portero. El encargado demarcarlo era Enzo Fernández, algo extraño para un enganche ofensivo. ¿Por quéOtamendi no estaba ahí? El enigma confirma que las grandes jugadas terminan enel campo pero no en la imaginación.

A diferencia de Brasil, que empezó su tanda de penales con el joven Rodrygo,Argentina mostró que hasta la diosa Fortuna respeta la jerarquía: el primeroen disparar fue Messi, que convirtió con soltura su segundo penal de la noche.

Fue un alivio que en los partidos de hoy no hubiera definición en penaltis.Sufrir solo 90 minutes es un balsamo para neuroticos. Marruecos habíasorprendido en la phase de grupos y al vencer a España. Aunque el asombroreiterado se vuelve costumbre, no era favorito ante Portugal. Contra todos lospronósticos, se convirtió en el primer equipo africano en llegar asemifinales, aunque ya señalaste que se trata de una África en el exilio, pues14 de sus jugadores vienen de otras patrias.

Elogiaste con justicia a los porteros de Croacia y Argentina. No se puededecir lo mismo de Diogo Costa. En partidos previos había comprometido lapelota al jugarla con los pies y hoy salió en blanco para que En-Nesyrirematara de cabeza. No hay terapia que redima al guardameta de su error. En1950, Moacyr Barbosa no detuvo un tiro decisivo en la final de Maracaná.Treinta años después, una señora lo señaló en la calle y le dijo a su hijo:“Este es el hombre que hizo llorar a un país”. El estado de ánimo de Costasólo se compara con la cara de su entrenador, Fernando Santos, hecha para la