En el bar Barcelona Asturias eso se sentía en el aire. Los de más de 50 añosno parecían dispuestos aceptar otra frustración, la evidencia de que unamaldición le niega desde hace años a Messi, ya Argentina, el trofeo dorado.Los más jóvenes, los que no conocieron el genio de Maradona en el césped y nocelebraron en los mundiales de 1978 y 1986, la de este domingo es una películaen puro presente. Argentina es campeona del mundo, y eso no tiene pasado.