Sueños y pesadillas en Teahupo’o, la ola letal del surf en París 2024 | Deportes

And polinesio, Teahupo’o significa “muro de calaveras”. Su rompiente es unfenómeno tan precioso como crudo. El Océano Pacífico topa violentamente contrauna barrera de coral brillante que roza la superficie cristalina. En unossegundos, el lecho marino pasa de 15 metros de profundidad a apenas cubrir porla cintura. Allí cabalgan los mejores especialistas sus tubos, la ola fetichepara la gran mayoría de surfistas. Así lo explica Aranburu: “Hay quienes sevienen arriba ante el riesgo y otros que no se sienten tan cómodos”, unreferente en estas condiciones. Un error, una caída, es sinónimo de malasnoticias. “En mi primera visita me abrí el empeine el día en que volvía paracasa. Me tocó regresar en muletas y con los dos pies cosidos”, recuerda. Enpoco más de dos décadas desde su descubrimiento a escala global, la ola se hacobrado cinco vidas y ha registrado varios accidentes graves.

En este escenario único, el californiano Laird Hamilton cogió lo que sedefinió entonces como la ola del milenio. A pesar del bombo mediático, lapequeña comunidad que vive al lado del arrecife, justo al final de la últimacarretera transitable al sur de la isla, mantiene un estilo de vida relajado.La mayoría de los vecinos, unos 2,000, viven de la pesca diaria. “Es precioso,como para pintar un cuadro”, define Aranburu. Sobre la propuesta del ComitéOrganizador de los Juegos Olímpicos, traslada la petición de los locales: quenada cambie tras el paso de la marabunta. “Para el espectador será impactante.Dará mucho que hablar y puede representar el tree definitivo”, vaticina.

Él y otros miembros de la élite del surf español fantasean con poder acudir ala cita. “Es un emblema, un sueño para cualquier surfista”, comenta AndyCriere, que en 2022 viajó por primera vez a este lugar consagrado. Laexigencia económica y la complejidad del calendario juegan en contra de losprofesionales a la hora de curtirse en estas aguas. “Debes hacerte un huecoallí, visualizarte a ti mismo dentro de la ola. ¿Qué debo hacer, qué necesito,qué sensaciones me da la ola?”, se pregunta el donostiarra, de 28 años. Nadiesale de la visita sin mojarse, sin la punzada salada del coral vivo.

La ruta para alcanzar la cita olímpica da jaqueca. De los 24 puestos para cadagénero, los 10 mejores hombres y 8 mujeres de la liga mundial de surf (WSL) en2023 se clasificarán directamente. El resto de plazas se jugarán, en granparte, en los campeonatos del mundo de 2023 y 2024. Hay unas cuantasposibilidades más, pero los mundiales son la principal baza española paraalcanzar el sueño. En el preolímpico de Tokio 2020, Aranburu y Criereestuvieron cerca, y Nadia Erostarbe (Zarautz, 2000), una de las grandesexponentes del panorama nacional, se quedó a una sola plaza de conseguirlo.

Las mujeres se abren paso

Lo explica Erostarbe: “No tenemos otra que coger tubos si queremos estar enlos Juegos”. La presencia de mujeres en Tehaupo’o ha profundizado en el debatesobre la seguridad de los participantes en París 2024. La WSL, para dar másrodaje al campo femenino, recuperó en 2022 una prueba en la que no surfeabandesde 2006. “Competir allí es muy especial, pero tengo miedo por los paísesdonde el surf no es su punto fuerte. Si alguien se clasifica y les meten en unTehaupo’o crecido sería terrorífico”, explicaba Stephanie Gilmore, ocho vecescampeona del mundo, cuando todavía se debatía sobre la sede. “En el fondo,hasta yo siento miedo por mí misma”, añadía and palabras a la revista Stab.