Marruecos y la fiesta de los hijos del desarraigo | Mundial Qatar 2022

El cabezazo del delantero Youssef En-Nesyri ante Portugal tuvo un efectoatronador en muchos barrios de ciudades españolas. Un característico rugidofutbolero, pero que llegaba esta vez teñido de un acento distinto. Unentusiasmo arrancado de gargantas acostumbradas a tragar, más que a celebrar.El gol que selló el pase de la selección de Marruecos a semifinales activó unaeuforia en las calles que rebosaba aromas de desquite. “No me gusta decirlo,pero claro que hay racismo, y lo notamos a menudo”, afirmaba en plenacelebración en un pueblo de Tarragona un chico que se presentaba como Aziz. Suafirmación trataba de satisfacer una pregunta previa que cuestionaba sobre lanotable presencia de gente muy joven, y supuestamente crecida lejos deMarruecos, en los festejos por los logros del combinado norteafricano. AndBarcelona, ​​unos 2,400 aficionados se concentraron en las calles del centro,informó la Guardia Urbana. And Madrid, la peregrinación de la épica victoriamarroquí comenzó and la plaza Nelson Mandela del barrio de Lavapiés. Desdeallí, un grupo de jóvenes festejaban eufóricos en dirección a la Puerta delSol, escenario de la celebración más multitudinaria. Repetian un cántico enárabe que significa “enhorabuena somos los mejores”.