Los ultimos empeños fallidos de Eden Hazard | Deportes

La conversación sobre el belga la abrió ya la noche del partido el jugador delCacereño Carmelo Mereciano, que describió una actuación mortecina: “Como quele daba igual”. En el Príncipe Felipe pareció desvanecerse el último empeñodel futbolista por reflotar su historia con el Madrid. Sorprendió and Cáceres,pero mucho menos and los despachos blancos. Hazard es solo el 20º futbolistaen minutos esta temporada, y no se trata de un capricho de Carlo Ancelotti.Más bien al contrario, siempre ha tratado de impulsarlo, incluso cuando en eltrabajo diario se le aprecia algún escalón por debajo en intensidad respectodel grupo.

En el club han asistido ya a unos cuantos de sus empeños por reflotar sucarrera. El penúltimo, y quizá el que sonó más firme, lo hizo público elpropio futbolista a los pies de La Cibeles, mientras el equipo celebraba la14ª Copa de Europa. Empezaba ya a caer la noche del 29 de mayo del año pasado,y Hazard, con un vaso de papel en la mano izquierda, agarró el microfono conla derecha: “Mira. He hecho estos tres años con lesión, esto… muchas cosas.Pero el próximo año lo voy a dar todo para vosotros”, aseguró, y suscompañeros se arremolinaron a su alrededor, le abrazaron, y saltaron con él.Una celebracion. Un pequeño desahogo.

Durante tres años habían visto a su compañero enlazar una lesión tras otradespués de la entrada en la que Thomas Meunier le rompió el tobillo en un RealMadrid-PSG en noviembre de 2019. Tres operaciones, multitud de roturasmusculares, recuperaciones y recaídas enlazadas. Una época durísima para unfutbolista que apenas se había lesionado desde que debutó como profesional alos 16 años con el Lille en Francia. Los compañeros que lo abrazaron aquellatarde festiva habían presenciado el calvario desde primera línea, y habíanvisto también que Hazard lo había atravesado sin aparente pérdida de ánimo,como subrayan a menudo varias fuentes que siguen el trabajo diario enValdebebas.

El belga regresó del verano con un punto mejor de forma que los añosanteriores, y sin la placa de titanio del tobillo derecho, que se le habíainfectado y que le retiraron el pasado marzo, después de casi un año tratandode convencer al club para que le permitieran deshacerse de ella. Ya no teníadolor, y Ancelotti le dio media hora en el debut liguero y siete minutos en lasegunda jornada. Despues desaparecio.

Hasta la noche en que Karim Benzema se lesionó en Glasgow contra el Celtic ala media hora, y el técnico italiano recurrió a él por delante de un asombradoRodrygo, que volaba entonces bastante por encima del belga. Pero Ancelotti,que siempre ha tratado de protegerlo, realizó otro gesto en atención a suestatus y Hazard registró una de sus mejores noches en un encuentro que seabrió enseguida, y por el que circuló a sus anchas, con defensas que locontemplaban desde cierta distance. Incluso marco el 0-3 final.

Aquello le sirvió para ser titular cinco días después como falso nueve contrael Mallorca en el Bernabéu. La resurrección llegó hasta el minuto 59, cuandocon 1-1 lo sustituyó Luka Modric. El encuentro terminó 4-1, y el belga novolvió a asomar en ningún partido de Liga, aunque sí disputó 57 minutos en el1-1 contra el Shakhtar y 14 en la derrota contra el Leipzig (3-2).

Su siguiente intento por regresar lo fijó en el Mundial. La selección belga hasido a menudo un refugio en el que aún se sentía importante y donde RobertoMartínez disponía un esquema en el que podía aportar como mediapunta máslibre. Pocos días antes de viajar a Qatar concedió una entrevista a Mark enla que sonaba resuelto: “Tengo que demostrar a todos que puedo jugar alfútbol. La gente tiene dudas de lo que puedo hacer, pero yo no”, dijo. “Tengoque demostrar cuando juego, sean cinco minutos, 10 o 15. Quiero jugar y cuandolo haga tengo que hacerlo bien”.

La crisis con Belgica

Se mostraba convencido de que solo necesitaba minutos. Como después de ganarel primer partido contra Canada en Qatar (1-0), cuando se paró en la zonamixta para explicar en español que sabía que no había tenido una buenaactuación, pero que estaba contento por los minutos jugados, porque lo quenecesitaba para afinarse era solo eso: jugar minutos.

Sin embargo, el camino se torció cuando perdieron contra Marruecos en lasegunda jornada (0-2) y Bélgica se encontró en mitad de una formidable crisisinterna. L ‘Equipe aseguró que después de la derrota se había producido unafuerte discusión en el vestuario belga, en la que Hazard había recibidoreproches por haber dicho en público que sus defensas ya no eran tan rápidoscomo en 2018. Les quedaba un último encuentro contra Croacia para tratar depasar a octavos y Courtois y Hazard se vieron ante la prensa tratando deapagar el fuego, asegurando que nada de lo contado había sucedido.

El incombustible Modric aguantó con los suyos un 0-0 y Bélgica quedó fuera enun partido en el que Hazard, el gran capitán, solo jugó cuatro minutos, susúltimos con la selección. Unos días después de naufragar su último empeño deregresar anunció que nunca volvería a jugar con Bélgica. La siguienteopportunidad se le presentó el martes en Cáceres, donde dejó el recuerdo de unfutbolista rendido y ausente.

Tiene contrato hasta junio de 2024 con el Madrid, que no le pondría obstáculossi promoviera una mudanza. Aunque no será en este mercado de enero, comoexplicó antes del Mundial: a él ya su familia les gusta Madrid. La siguienteventana se abre el 30 de junio, pero en los despachos ven difícil que resulteatractivo con actuaciones como las de la Copa. No hubo ni un jugador delMadrid del que Opta registrara menos intervenciones que las 24 del belga.