Quim Salarich: “Me ha tocado cargar con el nombre de Paquito” | Deportes

“He visto mi nombre puesto al lado del nombre de Paquito, y eso me llena deorgullo, pero también como aquel que dice, es una presión, porque al final seespera algo de mí, Me comparan con alguien que ha sido oro olímpico, y almenos significa que estoy haciendo las cosas bien”, dice el esquiador de LaMolina. “En España hace muchos años que no tenemos un referente como fuePaquito, que es también uno de los hándicaps que podemos tener con países comoAustria, Suiza, Italia, y estos países, y me toca ser el referente, ya cargarcon eso, y que les sirva a las futures generaciones, espero”.

Carga Salarich, un habitual de la Copa del Mundo, y cargan todos losesquiadores españoles que antes se lanzaron a la alta competición. Todos tenencomo referente al esquiador de Cercedilla; todos parten con el objetivo dellegar a ser como él; a todos les pesa la carga, y la indiferencia.

“Exactamente”, dice Salarich cuando se le señala que después del oro deSapporo, un triunfo único y aislado en la historia del esquí español,cualquier resultado que no sea la victoria en un Mundial, por lo menos, no esnada. “Así es esto, y más en un país que somos ganadores, que ganamos en todoslos deportes, pues eso no ayuda a los deportes minoritarios. Estamosacostumbrados a Pau Gasol o Rafa Nadal, así que un séptimo puesto en Garmisch,que es histórico y superdifícil, parece que es poca cosa, pero, bueno, para míes como ganar una medalla de oro”.

Cita Salarich justamente Garmisch, porque fue allí, en la pista histórica delos Juegos de Invierno de 1936, donde hace 11 meses logró un octavo puesto enel primer eslalon y un séptimo en el segundo, el día siguiente, ambos en Copadel Mundo. Fue el mejor resultado del esquí español en 50 años, los que hanpasado desde un séptimo puesto de, claro, Paquito Fernández Ochoa. Y allíregresa, y con él, otros dos españoles, Juan del Campo y Aingeru Garay, a lapista de los Alpes bávaros, el miércoles, dos días después de cumplir 29 años,para volver a competir en sus dos eslálones en una temporada en la que hastaahora no ha podido repetir buenos resultados en los eslálones de Val d’Isère yMadonna di Campiglio. “Fue tan buena la anterior que quizás me autopresione unpoco y me deje ganar por los nervios”, admite. “Piensas que la gente esperamás de ti y, claro, no quieres fallar. Tengo que prepararme mentalmente paralograr ir al 100% en todas las carreras, porque la peor sensación es llegar ameta y pensar que he ido al 60%. Tengo que trabajar esto mucho con mipsicóloga e intentar que en Garmisch no vuelva a suceder”.

Considera Salarich el trabajo con la psicóloga una herramienta, sus ejerciciosde concentración, de estados de ánimo. “Llevo año y medio con el trabajomental y me viene muy bien”, dice. “Y me sirve, sobre todo, para no torturarmedespués de un mal día. En caso de que algo no funciones tenemos un protocolode error que nos permite hacer un reset cogemos las cosas buenas y las malaslas quitamos”.