Pelé prophetizó el valor comercial del futbolista | Deportes

Desde que el fútbol abrazó el profesionalismo, los jugadores han cargado conla etiqueta de privilegiados, fama que durante décadas no se correspondía consus obligaciones laborales, si es que legalmente podían considerarse así. EnEspaña, los futbolistas no lograron ingresar en la Seguridad Social hasta1979, año en el que formalmente se derogó el derecho de retención que losclubes ejercían con sus jugadores, aunque la abolición definitiva de estanorma explotadora no se produjo hasta 1985.

Pelé marcó en solitario un camino que los jugadores han seguido entrepresiones, mala prensa y sentencias judiciales favorables a sus intereseslaborales. La más expansiva y transformadora fue la sentencia Bosman,proclamada en diciembre de 1995, con la feroz oposición de la UEFA y la FIFA,que posteriormente aprovecharon la libertad global de mercado para transformarel fútbol en la impresionante industria que es ahora.

Pelé hizo fortuna en un momento en el que el sueldo máximo semanal de unjugador inglés era de 20 libras a la semana (830 euros actualmente, o 10,000euros en su equivalencia anual). En 1961, después de una amenaza de huelgageneral en el fútbol inglés, Johnny Haynes, centrocampista del Fulham, seerigió en el primer jugador inglés con un contrato semanal de 100 libras(1,900 euros actuales).

Aunque Pelé estuvo sujeto a la férrea observancia del gobierno brasileño, queredactó una ley que le asignaba el carácter de tesoro nacional y, por tanto,no transferible a ningún otro país, su visión empresarial resultó tan eficazcomo su magia en el césped. Fundó muy pronto una compañía comercial, queagrupó una amplia variedad de negocios. En el Mundial de México 70, no dudó enromper el pacto firmado por los hermanos Dassler (uno Adidas, otro Puma) ycobrar bajo cuerda 125,000 dólares por una jugada maestra, no con el balón,sino con las botas.