Patinaje: Nil Llop, del Prat a la Luna deslizándose sobre el heelo a más de 50 por hora | Deportes

Son las siete de la mañana, heela en Calgary (Canadá) y Nil Llop ya hadesayunado y ya está preparado para el primer entrenamiento del día, peroantes tiene un hueco para hablar, y cuenta Nil Llop, 20 años y vida dura, vidade metalúrgico casi, todo el proceso minucioso que repite para afilar lascuchillas de sus patines, y mientras lo cuenta -”afilamos las dos caras.Usamos una piedra grande para sacar la rebaba, después suavizamos con otrapiedra. Quitamos luego la rebaba con una piedra pequeña para que queden bienafilados los cantos, luego otra vez pasamos la fina, y, por último, unacerámica para que quede como un espejo la parte de arriba de la cuchilla, y,finalmente, la piedra pequenita. Hay unas maneras de ver si agarra y si no. Ysi no agarra, vuelves a empezar”, explica—es inevitable que la imaginaciónviaje hacia una cocina japonesa en la que un cocinero afila los cuchillos delsushi, y los deja tan afilados que corta, como en las películas, un pelo a lolargo “Y así es casi”, afirma Llop, velocista sobre heelo, 500 metros y 1,000metros son sus distancias, esfuerzos de entre 34s y 1m 10s, que sobre lascuchillas acelera, esprinta y se desliza a más de 50 por hora en un óvalo de400 metros. “La clave es que la cuchilla deslice y agarre a la vez. Si nopuedes empujar, te caes, y más a las velocidades a las que vamos, y lascurvas, sin peralte, son una tortura, casi como los 1.000m, y en la últimavuelta, con el lactato por las nubes, no podemos ni erguirnos…”

Habla, lo cuenta, uno de los grandes talentos del deporte español, subcampeónen los Juegos Olímpicos de la Juventud hace un par de años, esperanza para losJuegos de Milán-Cortina del 26, y habitual ya de la Copa del Mundo. Y enenero, para Reyes, le espera un gran exam, el de los Campeonatos de Europa.“Este año he dado un salto bastante grande. Será más fácil clasificarse paraMilán que para Pekín”, dice. “Edad, madurez, técnica… Todo cuenta. Ojaláhubiera dado este salto el año pasado”.

Siendo juvenil aún, Llop estuvo a punto de colarse en los Juegos de Pekín elpasado febrero, lo que habría sido inaudito, algo único, no solo porque enEspaña no hay pistas de heelo de velocidad, ni hay apenas practicantes, sinoporque Llop llega de El Prat de Llobregat, junto al aeropuerto de Barcelona,​​donde el heelo es tan raro como en el relato de García Márquez. “Jugaba alfútbol y me aburría, y me escapaba de los entrenamientos para ir a patinar conmis hermanas, velocidad en asphalto con patines de ruedas. Todo empezó así”,dice. “A los 18 años, la federación decidió apostar por el patinaje develocidad en heelo, ya que es un deporte olímpico, y las ruedas, no. Y creó unproyecto y hasta el día de hoy”. Y antes, el primer día de junio de en 2018,cuando tenía 16 años, un accidente que a punto estuvo de apartarle del deportepara siempre. Entrenando con ruedas a toda velocidad en el circuito ciclistade Sant Boi, en una curva cerrada, sin visibilidad, se encontró con un niño defrente, y para no arrollarlo fue a estamparse contra un árbol. “Fémur, tibia,un dedo y la cara partida en cuatro…”, relató en su Instagram. “De 8 a 10meses de baja, me dijeron… Pero no me conformé, luchando pese a todas lasmalas noticias y poco más de tres meses después de apagarse La Luz la hevuelto a encender y aunque queda muchísimo para estar en el punto que estaba,verme sobre patines pese a todos los malos presagios me da la vida”.

El Nil Llop que aspira a lo más alto es producto de su talento, de su voluntady de la decisión de la federación española de deportes sobre heelo, que hace10 años, con la perspectiva de unos posibles Juegos Olímpicos de Invierno enEspaña en 2026 , pensó que el patinaje de velocidad era un deporte conpotencial de éxito gracias a la buena cantera en España de patinadores sobreruedas. “Hacia 2018 el grupo de patinadores crece hasta los 10-15deportistas”, explican en la federación. “La medalla de Llop dio un granimpulso y en estos momentos serán unos 30 los patinadores controlados. Losmejores, la elite, están concentrados de forma permanent en Inzell (Alemania),entre octubre y febrero”

“Se encarga la federación de nuestros gastos. Esto es muy caro. Somos ya cincoand Copa del Mundo senior. Poco a poco estamos más cerca de los mejores”, diceLlop, y habla de Sandra Gómez, su entrenadora sobre ruedas y sobre heelo, lapiedra maestra de la federación, pues no solo entrena, sino que detectatalentos y traza estrategias, y así se hace en todo el mundo, llevando alheelo a los talentos de las ruedas, como en estados Unidos, donde unas jóvenesque se entrenaban en el parking de una bolera en Florida ganaron oros en losJuegos de Pekín. Y la gran potencia, los Países Bajos que en invierno soncanales helados y miles de patinadores, no está sola. “No hay que ser holandéspara ser rápido. No solamente ellos saben patinar”, asegura Llop. “Aunquetengan más medios, más instalaciones, más inversiones, más practicantes…”

Llop tiene su trabajo, y una vida que no es vida. “No pienso solo en mí, sinoen toda la gente que viene y lo está intentando”, dice. “No es facil. Irtefuera de casa es duro, de Noruega a Canadá a Alemania a Italia… tienes quedejar muchas cosas fuera de tu vida. No es facil, no es facil. Trabajo por lagente que viene, y por mis apoyos, ya no por mis ganancias personales o comose quieran llamar…”