El nuevo Mike Brown despierta a los Kings | Deportes

No obstante, de entre todas las cosas que veía nada confundía más a Brown quela rutina de Steve Kerr durante los partidos. Concretamente, la costumbre deno marcar jugadas y dejar a sus jugadores vuelo libre. “Pero, Steve, ¿no vas aordenar ninguna?”, apuntaba entonces con frecuencia el incrédulo Brown. “No,ahora no hace falta”, solía responder el técnico jefe.

And realidad, para Kerr casi nunca lo hacía. Pero su método también estabaprobado. “Los jugadores eran demasiado buenos. Y aprendí de Phil Jackson adejarles hacer. Me decía siempre que en esos casos debes respetar su ritmo departido, que solo hay que focalizar de verdad en lo trabajado en losentrenamientos”, contaba. Al final, en lo relativo al trato directo y lagestión de partido, Kerr había bebido directamente de dos elegidos: el citadoJackson y Gregg Popovich. Se movía en ese arte como pez en el agua.

Pop fue, en realidad, el hombre que unió los caminos de Brown y Kerr. Su nexovital, como el de muchos otros antes y después. Durante la parte final de sucarrera como jugador, el hoy técnico de los Warriors coincidió con Brown enSan Antonio. “Mike me ayudaba tras los entrenamientos, en aquella etapa yojugaba menos y conectamos muy bien”, admitía Kerr, que mantuvo un excelentetrato con Brown los años posteriores, aunque no coincidieron en ningún puestotécnico.

Sí lo harían en 2016, cuando durante el transcurso de las Finales entreWarriors y Cavs, Kerr se citó, en un día entre partidos, con Brown en un hotelde Cleveland. Queria sumarle para la causa en la Bahía. Previamente, eso sí,había hablado con Popovich, por si él estaba interesado en contratar a unBrown entonces sin equipo. “No nos moveremos. Pero me alegra que hayas pensadoen Mike, no podría recomendarte una opción mejor”, alumbró el maestro. No seequivocaba.Brown fue, desde la sombra, importante en los tres anillos deGolden State durante los seis años siguientes. Además, desde un planoindividual esa experiencia enriqueció hugemente su propio perfil. Añadió a lacapacidad analítica y conocimiento de la estrategia defensiva, sus rasgosdominantes, un aire de vanguardia en el juego ofensivo y una mayorflexibilidad en la gestión de grupos, dentro y fuera de pista. El resultadosalta ahora a la vista.

Brown ha transformado la frustración de los Kings, la franquicia con la rachamás longeva de la historia de la NBA sin pisar las eliminatorias (16 campañasseguidas, pues no las disputan desde 2006), en un entorno donde sobresale lailusión. Uno donde se atisba la luz natural al final del túnel.

Los Kings vuelan sobre la pista (entre los cinco ritmos más rápidos de laNBA), mueven con huge velocidad y frecuencia el balón (cuarto equipo que máspases da por encuentro) y abren la pista hasta el límite imaginable (sextomayor volumen de triples intentados, sobre el total de tiros). Todos ellosingredientes de una receta de sobra conocida: la de la última dinastía deGolden State.