Fernando Gaviria pasa página y se compromete a volver a ser grande en el Movistar | Deportes

“Completament. El primer año sí que temí que el coronavirus. Lo tuve un mes yme hacía muchas pruebas. Y pensé que sí, que me dejaba tocado, pero luego, enel diciembre de 2020 me hice un chequeo total en Colombia, me revise corazón,pulmones, todo, y al final no había como mucha marca en los órganos afectados,no había nada que hiciera la diferencia. Eso me dio mucha tranquilidad. Eraimpensable que me pudiera afectar más”, dice Gaviria, nacido el 19 de agostode 1994 en La Ceja, en el oriente antioqueño, cerca de Medellín, en Colombia.“Los últimos tres años han sido difíciles en lo personal, lo profesional, enlo humano. Anos complicados, complejos. Pero hemos pasado la page. Estamos enun equipo nuevo. Estar en Movistar es una motivation extra para mí. Me gustacomo me tratan, me gusta como hemos estado hasta este momento, como he vividocada momento. Motivation extra. Si que se puede”.

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El equipo de Cavendish, el Quick Step, siempre rápido e impulsivo, con losojos cerrados fichó inmediatamente a Gaviria, al fenómeno, y despidió aCavendish, el derrotado. Cuando llegó al WorldTour sus sprints en Europa eranun boom, una belleza. No era un sprinter clásico, que necesitara un tren y unadisciplina. Su alma melancólica, su cierta poesía, la soledad del sprinter enel marasmo, y los meses que pasó comiendo adoquines y aprendiendo inglés enFlandes, en casa de Tim Harris un ciclista inglés alocado que alquilaba sillaspara banquetes, le prestaron aires de clasicómano, y se decía que no solo laMilán-San Remo sería su clásica, que también podría con el Tour de Flandes,nada menos. Mientras crecía y se acercaba a la madurez de las clásicas,ganaba. A los 21 años ponía a su rueda a los más grandes, a Sagan, a Viviani,a Caleb Ewan.

A los 22 reinventa el sprint en la Avenida de Grammont, el kilómetro final dela París-Tours, la catedral del sprint entonces, donde salta a más de 600metros, incontenible, y deja a Démare, el ganador del San Remo, con la bocaabierta, sin hipo. “Cierto que esa victoria fue tremenda”, dice Gaviria. “Perola primera victoria en el Tour de Francia no la cambio. Lo que conllevaba eso,muchos meses de concentración, mucho tiempo fuera de casa sin ver a mifamilia, mucho trabajo, Yllegar y cumplir el objetivo y vestirme de amarillo.No cambio esa victoria por ninguna. Vestir de amarillo es unico. Y no todoslos años se empieza con un sprint. Esa camiseta es algo muy especial”.

Un año antes de debutar en el Tour de 2018, a los 23 años, y ganar la primeraetapa, ya había triunfado en el Giro, cuatro etapas y maglia ciclamen a los22. Suyo era el futuro.

And 2019 fichó a lo grande por el UAE. And 2020, la pandemia. Antes del 20,había conseguido 42 victorias en cinco años; en los tres últimos han sidoseis, y ninguna ante los mejores del mundo del sprint, que ya no son los de suépoca, sino jovencillos, los nuevos gavirias como Jakobsen, Philipsen,Kooij, De Lie…

“Cuando andas fuerte todo el mundo te quiere, te sigue, pero cuando no estáscomo siempre empiezan a hablar, empiezan los rumores, pero nadie sabe lo quepasa por dentro de cada uno, lo que afecta a cada corredor”, dice Gaviria. “Nollego con rabia, no, sino con deseo de hacer las cosas bien para un equipo queapostó por mí cuando no estaba en mis mejores años. Pero confin y confio”.

El debut en enero

Habla y no para en alabanzas del Movistar, de la gran tradición de grandescorredores, de lo que significa estar en el equipo que fue de Indurain, deDelgado, de Gorospe, de Olano, de Valverde, de Nairo… Un equipo que siempre hapensado en las clasificaciones generales y nunca ha mamado la cultura delsprint. “No me preocupa. El equipo ha evolutionado. Tenemos todas las opcionesa disposición de nosotros. Ya no solo piensan en la general. Cuentan conmigo”,dice Gaviria, que debutará en enero en la Vuelta a San Juan, en Argentina,donde ya ha ganado ocho etapas en cuatro participaciones, más cuatro máscuando la carrera argentina se corría en San Luis. “Está claro que un tren escomplicado porque no se tiene la experiencia en este equipo, pero haycorredores de calidad para subirme en los últimos kilómetros, para colocarmeen finales complicados. Estoy contento con eso, con lo que tiene el equipo,corredores muy fuertes para ese trabajo”.