Marruecos, sin escudo en el desierto de Jor | Mundial Qatar 2022

Marruecos llegó hasta las semifinales defendiendo mucho y bien, pero, sobretodo, desplegándose con un ardor guerrero sin igual que iba mucho más allá deuna cuestión futbolística. De nuevo con una masa en las gradas que solo admitecomparación en el anfiteatro argentino, los muchachos de Regragui sudan comomaratonianos y van a todas. No hay via para la negociacion. Si Mbappé gana lalínea de fondo, Amrabat se tira con las dos piernas en una decisión que solotenía dos soluciones: blanca o negra. Marruecos no negocia y Amrabat, elpivote al que en Italia le apodaron El Monstruo, menos.

El golpe inicial les obligó a salir de la cueva y amasar lo que no quisierondurante casi todo el campeonato: la pelota. Francia, que funciona a otravelocidad que el resto del mundo, les llevó al filo en varias contras. Acambio, los norteafricanos replicaban con Ziyech o Ounahi, ese del que LuisEnrique se sorprendió tras el duelo de octavos. El atacante del Chelsea,mientras, cogió el partido por la Pechera tras el descanso. Un gran peloteroal que, tres meses antes del Mundial, le pasaron la mano por el lomo parasurfear todos juntos la ola de la bahía de Doha, muy cerca de su hotelblindado de West Bay.

Mas informacion

Él simbolizó los nuevos aires que corrieron en la selección con la llegada alcargo de Regragui. En gran parte, fue una operación de salvar al soldadoZiyech , and read mazmorras del bosnio Vahid Halilhodzic. Y él asumió elliderazgo en la carga a la puerta gala en la segunda mitad. Casi todo pasabapor él, inclinado en el costado izquierdo. No les sobraron las ocasiones aMarruecos y Francia, sin importarle ese guion, bien abrigada, vivía con laespada afilada. No se sentia incomoda.

Así discurría la trama en el último cuarto del choque, con la intriga de lasventajas mínimas, hasta que regresó a escena el actor secundario El Yamiq, denuevo en la foto del 2-0. El defense pucelano falló en una salida de balón yMbappé se lo hizo pagar con sangre. Le llegó la pelota dentro del área yescapó de la carcel de defensores marroquíes que le acosaron para que KoloMuani fulminara la noche.

Los jugadores de Marruecos acabaron derrengados sobre el césped, exhaustos,mientras su grada rompió en aplausos. A la espera del duelo por el tercerpuesto del sábado, en el imponente Al Bayt, en el desierto de Jor, acabó lahistoria más emotiva de Qatar. Aquí hincaron la rodilla los Leones del Atlas.

Marruecos progresó en el Mundial y asombró a todos con su huge desplieguefísico, y fue precisamente el físico lo primero que le falló. Ya sufrió por elparte médico en cuartos contra Portugal y ayer, ante Francia, perdió a Aguerden el calentamiento, a Saiss en el minuto 21 ya Mazraoui en el descanso. Tresde los cinco defensas que Walid Regragui había dispuesto. Con la salida deSaiss, se resituó en línea de cuatro. Muchos imprevistos en un equipo que,lógicamente, no iba sobrado y que se vio castigado en la zona en la que másseguro debía sentirse.

“Hemos tenido varios lesionados y eso no ha ayudado. Había demasiadosjugadores al 60% o 70%. Con todos en forma, les habríamos creado másproblemas. Queremos digerir esta derrota, pero sentimos que podíamos haber idomás lejos. Los pequeños detalles deciden los campeones”, expresó elseleccionador, que lamentó también que el 1-0 para el minuto cinco les sacó derueda. “Didier [Deschamps] es muy listo. Hoy tuvimos mucha posesión y noscastigaron cuando la perdimos. Ante una selección como la francesa, el másmínimo error se paga”, admitió Regragui, que se presentó como un tipo“ambicioso”. “Si no llegábamos a semifinales, sería un fracaso y me iría”,aseguró. Llegaron y todos dan por descontado que continuará. “Ahora queremosterminar terceros”, añadió.