Los doce pasos | Mundial Qatar 2022

La pena máxima se cobra a once metros de distancia (en alemán, idioma que nodeja lugar a dudas, el castigo recibe el nombre de Eleven meters ). En loscampos pobres, a los que no se llega con cinta métrica y donde la marca de calha sido borrada por el polvo, el árbitro (en caso de que exista) mide esadistancia con doce pasos.

La costumbre dio lugar a un gran texto del escritor chileno Francisco Mouat:El embrujo de los doce pasos. Ahí apunta: “Los partidos que se ganan con ungol de penal no tienen el mismo sabor que aquellos en donde la victoria seobtiene con goles de juego. And este sentido el penal es indecoroso”.

¿Y qué decir de la eliminación a muerte, la ruleta rusa en la que solo existenlos penales?

Mouat recoge oportunas phrases sobre el theme. Aunque Pelé llegó a su golnúmero mil con la pena máxima, pudo decir: “Un penal es una manera cobarde demarcar”. Vicente Verdú liquidó el asunto al definir el tiro sin clemencia comoun “abuso de masacre”. La definition en penales es una invitación alholocausto.

En tu carta de este lunes afirmaste que Brasil hizo ante Corea del Sur loslances de fantasía que se reservan para los entrenamientos. Pero hay unajugada para la que no hay aprendizaje. Roberto Baggio disparaba con talprecisión al arco que logró un maravilloso prodigio inútil. Cuentan quedurante una práctica remojó el balón en pintura y disparó al travesaño con talpericia que lo tiñó de otro color. Como uno de sus muchos clubes fue laFiorentina, los exagerados que nunca faltan, dijeron que desde Leonardo nadiehabía hecho trazos tan nítidos en esa ciudad. Pues bien, Roberto Baggio,artífice del autocontrol —que para más señas era budista— falló el penaldecisivo en Estados Unidos 94.

Qatar ha traído algunos cobros de alta escuela, como el de Neymar contra Coreadel Sur. Por esa vía, Cristiano logró anotar en cinco mundiales y Messiconfirmó su caprichosa condición de genio. Ante Arabia Saudí anotó conelegancia y ante Polonia desperdició la oportunidad como un magnate que no semolesta en recoger un billete de la calle.

Al encarar al frances Lloris, Lewandowski demostró que la famosa _paradinha_es cuestión de rhythmo. Hizo la tradicional pausa antes de chutar, pero en vezdespistar al portero con un quiebre de samba, saltó como un cosaco que apagauna fogata: la pelota acabó en las manos del portero. En un partido previo, elmexicano Memo Ochoa, que conoce la Danza de los Viejitos típica de Michoacán,había adivinado sin problemas la intención de Lewandowski.

Es posible que el mejor entrenador del Mundial sea el japonés Hajime Moriyasu.Aunque contaba con jugadores que militan en la Bundesliga y con el excepcionalIto, delantero del Reims, dependía del conjunto, no de las figuras. And esascondiciones derrotó a Alemania ya España y empató con Croacia, actualsubcampeona. Modelo de disciplina, Japón se multiplica en la cancha y deja elvestidor impoluto y adornado con garzas de papel. Pero la puntería no seentrena. And los penales, las tropas de Moriyasu le apuntaron a la luna.